El Edema Macular y mi experiencia personal I: causas y diagnóstico

Hace unos meses me diagnosticaron un Edema Macular en el ojo derecho y prometí que hablaría de ello en el blog cuando el tratamiento estuviera finalizado. Pues aquí estoy de nuevo para contaros mi experiencia y un poquito de teoría (imprescindible para entender de qué se habla)
 
Visión con una maculopatía severa


Como aún estoy pendiente de conocer la valoración final del especialista sobre el tratamiento, voy a dedicarle dos post diferentes. Este primero se centra en las causas y el diagnóstico.

Antes de meternos en materia vamos a conocer unas nociones muy básicas sobre el ojo. Seguro que a todos os suenan los nombres de sus partes. El iris, esa zona tan bonita que le da color y que regula la entrada de luz de manera parecida al diafragma de una cámara; su parte central de color negro intenso es la pupila, que se dilata y contrae en función de la cantidad de luz del ambiente y, a veces, siguiendo el dictado de nuestras emociones (y es que cuando algo nos interesa el cerebro intenta no perder detalle captando hasta el último rayito de luz) Detrás se encuentra el cristalino, una lente que nos permite un enfoque perfecto para ver tanto de lejos como de cerca, aunque algunos necesitamos echarle una manita haciendo uso de una gafas. Y para proteger estos importantes componentes está la cornea, la zona exterior del ojo.


Otra parte fundamental es la retina,  un intrincado tejido compuesto por células sensibles a la luz (conos y bastones) que trasmite la información (color, brillo, etc.) por medio del nervio óptico hasta nuestro cerebro, el encargado de interpretar todos los datos y traducirlos en la imagen que vemos. Y es aquí donde está la protagonista principal de este post: la mácula. Mácula es como se denomina a la zona central de la retina (a su vez la zona central de la mácula recibe el nombre de fóvea)  y es muy importante porque proporciona la visión central y detallada, es por tanto la que permite funciones como leer o reconocer rostros. Una patología en la mácula genera normalmente pérdida de visión central, que puede ir de leve a severa.

Una maculopatía severa puede impedir el reconocimiento facial
Viendo esta imagen (o la del paisaje del lago y las montañas que puse al principio) puede parecer que es fácil detectar cuando se tienen problemas en la mácula, sin embargo, cuando la lesión no es muy severa y afecta a un solo ojo puede ser complicado percatarse de ello. Hay que tener en cuenta que es el cerebro el que nos proporciona una imagen al traducir la información que le llega de los ojos; por eso cuando solo es un ojo el afectado, la mala información de este será compensada en el cerebro con los datos correctos que llegan desde el otro, proporcionando así una imagen perfecta (o casi perfecta) Os cuento cómo se descubrió en mi caso, para que entendáis mejor a qué me refiero.
Hacia navidades empecé a tener la sensación de que mi vista estaba empeorando ligeramente, pero como uso gafas para lejos desde que tenía 18 años, y hace más de 10 que llevo las mismas, no le di importancia, pensé simplemente que me habrían aumentado ligeramente las dioptrías y tocaría hacerme gafas nuevas. También mi visión de cerca era peor, pero... ¿a quién no le pasa con la edad? Conozco mucha gente de mi edad que en los últimos tiempos se han comprado gafas para ver de cerca. La dificultad para leer asociada a la edad parece tan natural que ni siquiera hace falta un óptico para decirte qué gafas necesitas, las venden hasta en los supermercados. Y eso fue lo que hice, comprarme unas gafas para leer. No tenía mi revisión anual en oftalmología hasta abril y estaba demasiado liada para adelantarla por algo que creía era un problema menor (craso error)
En abril me presenté en la revisión y le expliqué a la doctora que mi vista había empeorado. Primero me midió la presión ocular, que dio valores normales. Después procedió con el habitual estudio de agudeza visual. Me tapó el ojo derecho y me hizo leer distintas filas de letras cada vez más pequeñas. Esto no supuso ningún problema con mis gafas habituales. A continuación hizo lo mismo pero tapándome el ojo izquierdo. ¡Oh, sorpresa! No era capaz de leer más que la primera letra de la fila de arriba, el resto era una mancha opaca. Si quería leer la siguiente letra, en vez de mirarla tenía que girar mi ojo muy hacia la derecha, como si observase algo fuera del margen del cartel. El resto de letras ya no estaban a mi alcance por mucho que torciese la mirada. Era evidente que algo no iba bien y la doctora me observó el interior del ojo con una lente, después me comunicó que se veía una mancha al fondo y me dijo que pidiera otra cita para hacer más pruebas. Me citaron para tres días después.
Ya en mi cashice pruebas para ver cómo era mi visión cuando cerraba el ojo izquierdo y me di cuenta que era muy sencillo apreciar el problema al mirar solo con el ojo afectado, pero... ¿quién se dedica a observar el mundo guiñando un ojo? Yo al menos no; aunque ahora tengo claro que es una prueba que haré de vez en cuando. 
Con mi ojo izquierdo tapado, mirase donde mirase me perseguía una pequeña mancha gris claro de forma ovalada, como si algo hubiese ensuciado mis gafas, solo que seguía ahí aunque mirara sin ellas. Al intentar leer era aún más evidente pues las letras centrales de cada palabra que enfocaba mi vista desaparecían tras esa mancha.


Esta imagen de arriba, que yo misma he creado, es lo más parecido a mi visión con el ojo derecho.

Las pruebas que me hicieron en mi segunda consulta fueron:
  • Un examen del fondo de ojo más detallado, para lo cual primero me pusieron unas gotas oftalmológicas para dilatar las pupilas. Las gotas escuecen un poco pero la prueba es totalmente indolora, solo hay que apoyar la barbilla y la frente en una sujeciones del aparato por el que mira el médico e ir siguiendo sus instrucciones (mira arriba a la derecha, arriba al centro, arriba a las izquierda,... así hasta completar la vuelta)
  • Una fotografía del fondo de ojoMiras por el aparato sin parpadear, salta un flash y ya está hecha.
  • Una tomografía de coherencia óptica. A pesar del nombre tan aparatoso, se trata de una prueba que no requiere ninguna preparación previa ni supone ninguna molestia y apenas dura unos minutos. Con ella se obtiene una imagen del grosor de las capas de la retina, pudiéndose ver, por ejemplo, si hay algún tipo de inflamación.
 
tomografía de la retina
Con estas pruebas la doctora no tuvo dudas y diagnosticó un edema  macular, que consiste en una inflamación de la mácula por acumulación de algún fluido corporal, por ejemplo sangre. Me explicó que en algún momento había sufrido una hemorragia en los capilares que riegan la retina. Me dijo que el tratamiento eran tres inyecciones en el ojo, pero yo pensé que mi alemán me estaba fallando porque no tenía ni la más remota idea de que se pudiesen poner inyecciones directamente en el globo ocular y me parecía algo imposible. Cuando me confirmó que la había entendido bien se me puso muy mal cuerpo, pues desde joven tengo miedo a clavarme algo en el ojo (a saber de dónde me viene) y su propuesta me causó pánico. Yo le contesté que se trataba de un procedimiento bastante serio y que quería pedir una segunda opinión. Me comentó que entre tanto me hiciera una analítica completa para detectar cuál podría ser la causa. Si buscáis en google veréis que la mayoría de entradas que aparecen hacen referencia a "edema macular diabético" y es que la diabetes es la principal causa de este tipo de problema; de ahí lo de los análisis, que en mi caso indicaron que no padezco esta enfermedad.
Además de la diabetes, se puede encontrar entre la literatura especializada otras causas posibles:
  • Edad avanzada (+65 años)
  • Golpes  en el ojo
  • Tumores oculares
  • Hipertensión
  • Determinados trastornos genéticos
  • Haberse sometido recientemente a cirugía ocular
Mi caso no coincide con ninguna de ellas, así que evidentemente existen más motivos posibles. Quizás lo más probable es que, aunque no padezca hipertensión, tuviera una subida puntual de la presión arterial que me provocó el derrame.
Para la segunda opinión mi nefrólogo me envió a un hospital más especializado. Allí me repitieron las mismas pruebas y añadieron una más: Angiografía con fluorescencia de la retina. Esta prueba permite conseguir imágenes detalladas de la vascularización de la retina. Primero me pusieron gotas para dilatar la pupila y unos 30 minutos después me inyectaron un contraste en la vena del brazo mediante una jeringa y procedieron a sacar una serie de fotos del fondo del ojo. Como el contraste fluorescente llega a través de los vasos sanguíneos hasta la retina del ojo, se puede apreciar qué capilares están afectados y si estos aún siguen sangrando. El contraste no es adecuado cuando se tienen problemas renales graves y puede ser motivo para descartar esta prueba; por suerte mi riñón trasplantado funciona de fábula y pudieron hacerla. Tras ella me dediqué a beber abundante agua hasta eliminar toda la sustancia que, por cierto, hizo que mi orina tuviera el mismo color que la tinta amarillo fosforito de un subrayador.
El diagnóstico fue el mismo y la sugerencia de tratamiento incluyó, además de las tres temidas inyecciones, una sesión de laser. Esta fue finalmente la opción adoptada; pero de cuáles son los tratamientos y mi experiencia personal os hablaré en el próximo post.

Fuentes:


 

Comentarios

  1. Nos alegra mucho tenerte de vuelta y así se entiende aún más que dejaras de escribir.
    Deseando leer tu experiencia con los tratamientos que no ha tenido que ser nada fácil (conmigo tienen dificultad para echarme gotas, no sé si me tuvieran que pinchar en el ojo. La naranja mecánica iba a parecer).

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    1. Ja, ja, qué casualidad! Yo también pensé en la naranja mecánica cuando me lo dijeron, debemos ser de la misma quinta ;)
      En cuanto tenga mi cita de revisión, la próxima semana, escribo la segunda parte; solo puedo adelantar que la mancha no ha desaparecido del todo pero ahora es mucho más pequeña y clara. Espero desesperadamente que no me digan que me quieren volver a pinchar porque mi experiencia no ha sido muy buena con el tema inyecciones.

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    2. Ramón González19 abril, 2018

      No te puedes imaginar lo útil que me ha sido tu excelente explicación y que me ha ayudado a entender el problema de la degeneración macular. Me acaban de poner la primera inyección de Eylea y estoy a la espera de ver los resultados. Dada la demora en el diagnóstico por parte de la Seguridad Social he tenido que hacerlo de una manera privada y me han cobrado 1000.- euros por la dichosa inyección, dado que el oculista de la Sociedad que tengo me recomendó que no esperara, por ser la maculopatía de tipo húmeda que puede progresar muy rápidamente.Saludos

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    3. Hola Ramón, muchas gracias por el comentario, me alegra que mi post te haya podido brindar un poquito de ayuda. Espero que las inyecciones te hagan efecto y que recuperes la visión lo más posible. Un saludo y muchos ánimos.

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    4. Llevo cuatro años con edema macular diabético y sus correspondientes inyecciones. No se las que llevo... y no veo el final. Vuelve a salir.

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    5. pero controlaste tu diabetes?

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  2. Me encantó tu blog y me sentí identificada tengo 33 años y estaba muy asustada pensando que iba a perder la vista, tengo cuatro venitas reventadas en mi ojo derecho y la solución en cirugía laser... Quisiera que me platicaras como es tu vista ahora. Saludos.

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    1. Afortunadamente ya no veo la mancha gris y aunque perdí algo de vista, con gafas veo perfectamente. Espero que se te solucione todo bien. Un saludo

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  3. Gracias. Tu artículo me resultó de mucha utilidad. Es muy parecido mi caso al tuyo, sólo que en mi caso fue un émbolo.

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