Las infecciones más peligrosas durante el embarazo: prevención y tratamiento

Una infección durante el embarazo puede ser un factor de riesgo grave para el bebé. Por eso es mejor estar prevenidos.


Las infecciones pueden tener efectos directos sobre el embarazo, por ejemplo provocando un parto prematuro o un aborto espontaneo. O pueden afectar directamente al bebé que puede ser infectado de dos modos distintos: 
  • Durante la gestación por vía placentaria.
  • Durante el parto.
En ambos casos la vida del bebé puede verse seriamente comprometida.

Realizarse un control médico previo a la concepción es la mejor prevención, ya que el médico puede tratar las infecciones que estén en curso, inmunizarte contra otras a través de vacunas o aconsejarte la mejor manera de evitar el contagio.

Estas son algunas de las infecciones que más problemas pueden ocasionar durante el embarazo:


Varicela

Es una infección vírica que se transmite por vía aérea. Pese a ser muy contagiosa es poco común ya que casi todos los adultos están inmunizados, bien por haberla padecido de niños bien gracias a la vacuna.

No obstante, si acudes al médico antes del embarazo este te hará un análisis de sangre para comprobar si posees los anticuerpos que te protegen de esta infección, si no es así te recomendará que te vacunes antes de quedarte embarazada.

Qué puede ocasionar: Si contraes la varicela al principio del embarazo el riesgo es muy pequeño debido a que tu cuerpo tarda solo cinco días en desarrollar defensas contra este virus, que se trasmitirán al feto a través de la placenta. No obstante si el feto se llega a contagiar (especialmente durante las primeras 20 semanas) puede presentar el síndrome de varicela fetal que se caracteriza por cicatrices en la piel, malformaciones de las extremidades, microcefalia (cabeza de tamaño menor al normal), problemas de visión y/o discapacidad mental. También aumenta el riesgo de muerte fetal y de aborto espontaneo. Si la infección se ha producido durante los cinco días anteriores al parto el riesgo para la vida del bebé es alto.
Cómo se trata: Si contrajiste la enfermedad en la última semana, tu bebé recibirá una inyección de inmunoglobulina en el momento del nacimiento.
Cómo prevenirla:  La vacuna es el sistema más eficaz, lamentablemente no es posible administrarla a una mujer embarazada, de ahí la importancia de hacerse una prueba previa a la concepción. 
Si ya estás embarazada y no eres inmune te conviene seguir estos consejos:
  • Si conoces algún caso de alguien que esté pasando la enfermedad evita moverte en ese entorno.
  • Si trabajas con niños pequeños pide una excedencia temporal.
  • Si tienes hijos y no están vacunados consulta con su pediatra la posibilidad de vacunarles.

Citomegalovirus (CMV)

Es una infección de carácter viral que se contagia mediante el contacto con fluidos infectados. El contagio del bebé durante el parto o a través de la leche materna no suele ser grave, pero sí cuando ocurre durante la gestación.
Se detecta mediante un análisis de sangre, pero esta prueba no se realiza de forma habitual, solo cuando existe alguna sospecha concreta como por ejemplo en las personas inmunodeprimidas.

Qué puede ocasionar: Entre un 30 y 50% de los casos en los que la madre contrae la infección, el feto también se contagia. Y del 10 al 15% presentan problemas graves como defectos del sistema nervioso, trastornos en hígado y bazo, sangrado bajo la piel e ictericia. El 90% de los bebés que sobreviven acaban con problemas de audición y de visión y/o discapacidad intelectual.
Cómo se trata: No existe tratamiento efectivo. Si se contrae este virus durante el embarazo, una amniocentesis puede indicar si el bebé se ha contagiado, pero no las probabilidades que existen de que desarrolle los problemas mencionados. 
Cómo prevenirla:  Aplicando las pautas básicas de higiene y las precauciones lógicas. En el artículo infecciones oportunistas tienes una lista de consejos que puedes poner en práctica.

Hepatitis B

Infección viral que se contrae por contacto con sangre o fluidos corporales infectados. 
Se detecta mediante analítica sanguínea. 
Si te contagias de hepatitis B es muy raro que esta afecte al feto durante el embarazo, sin embargo las probabilidades de que el bebé se contagie durante el parto y desarrolle hepatitis B crónica son de hasta el 95%

Qué puede ocasionar: Si el bebé desarrolla hepatitis B crónica será mucho más susceptible durante toda su vida a padecer enfermedades hepáticas o cáncer de hígado. 
Cómo se trata: Inmediatamente después del parto el bebé recibirá dos inyecciones correspondientes a una dosis de inmunoglobulina y a la primera dosis de la vacuna. Si se hace así existe un 90% de probabilidades de que el bebé quede protegido y no contraiga la enfermedad. Pero es importantísimo no olvidar las dos dosis posteriores que  prescribirá el médico para que la inmunización sea realmente efectiva.
Si el bebé ha adquirido la hepatitis B crónica no existe una cura, pero sí medicación que ayuda a controlarla.
Cómo prevenirla:  La vacuna es el sistema más eficaz. Si estás embarazada pero no estás inmunizada puedes seguir los consejos del artículo infecciones oportunistas

Herpes genital

Es una infección viral que se contrae por contacto con fluidos infectados y puede trasmitirse al bebé durante el parto. El riesgo de contagio del bebé es mayor si la infección se contrajo por primera vez durante el tercer trimestre del embarazo, ya que el cuerpo aún no habrá desarrollado las defensas. Si, por el contrario, se produjo antes de las 12 semanas últimas de embarazo, lo más probable es que ya existan anticuerpos que habrán alcanzado al bebé a través de la placenta protegiéndole del contagio.

Qué puede ocasionar: La infección del feto durante el embarazo es muy poco común, pero si ocurre puede provocar aborto espontaneo o graves defectos del desarrollo. 
El contagio durante el parto puede manifestarse en el bebé desde el comienzo o a las pocas semanas de nacer. En un principio solo suele haber afectación cutánea y de las mucosas de boca y ojos, pero el tratamiento debe ser inmediato si se quiere evitar que el problema se agrave. Aunque menos frecuente, también hay casos en los que el herpes ataca desde el primer momento el sistema nervioso y/o diferentes órganos del cuerpo.  
Cómo se trata: Si existe sospecha o evidencia de que la infección está activa en el momento del parto se practicará una cesárea para minimizar las posibilidades de contagio.
El colegio americano de ginecología y obstetricia recomienda que las mujeres que tengan brotes recurrentes de esta infección tomen medicamentos antivirales a partir de la semana 36 de gestación.
No existe una cura para el herpes, aunque sí medicación para minimizar los brotes. 
Cómo prevenirla:  Manteniendo relaciones sexuales con parejas estables y sanas o utilizando preservativos (aunque estos no son garantía ya que las llagas infectadas pueden estar en zonas que no estén protegidas). Manteniendo una higiene adecuada y asistiendo regularmente a las visitas ginecológicas. 

Estreptococo de tipo B

Se trata de una bacteria que gran parte de la población tiene comunmente en el tracto intestinal, pero que puede pasar a la vagina y de esta al bebé durante el parto. Se detecta tomando una muestra de células de la vagina y del recto que se analizan en el laboratorio.

Qué puede ocasionar: En el recién nacido puede ocasionar septicemia (infección de la sangre), neumonía y meningitis y, a largo plazo, parálisis cerebral, sordera, ceguera y otras discapacidades del desarrollo. Un 5% de los bebés contagiados nacen muertos o fallecen. 
Cómo se trata: Se administran antibióticos en el momento del parto. 
Cómo prevenirla:  El colegio estadounidense de obstetricia y ginecología y la academia estadounidense de pediatría recomiendan que se realice la prueba para detectarlo entre las semanas 35 y 37 de gestación. El motivo de que no se haga antes es que si posees la bacteria en tu intestino esta puede pasar en cualquier momento a la vagina; como el peligro de contagio es durante el parto la prueba se debe hacer lo más cerca posible de ese momento.
Y recuerda limpiarte siempre de la vagina hacia el recto y no al revés.

Clamidia

Es una infección bacteriana de transmisión sexual. Se detecta mediante un análisis de orina o un frotis vaginal.

Qué puede ocasionar: Aumenta las probabilidades de que ocurra un parto prematuro. 
Entre el 25 y el 50% de los bebés que se contagian durante el parto sufren conjuntivitis (infección en los ojos) y entre el 5 y el 30% neumonía. 
Cómo se trata: Se puede tratar durante el embarazo con antibióticos que no sean perjudiciales para el feto. Tu pareja también tendrá que ser tratada y tendréis que absteneros de mantener relaciones sexuales hasta que la infección esté totalmente eliminada. 
Cómo prevenirla:  Manteniendo relaciones sexuales con parejas estables y sanas o utilizando preservativos (también se puede trasmitir oralmente) 

Rubeola

Infección vírica que se transmite por vía aérea. Igual que la varicela es muy poco frecuente, pero sus consecuencias pueden ser muy graves, por eso lo mejor es comprobar que existe inmunización antes de la gestación.

Qué puede ocasionar: Aborto espontaneo, muerte fetal, nacimiento prematuro y malformaciones congénitas. Si la infección se produce en las primeras 12 semanas de embarazo la probabilidad de que el bebé adquiera el síndrome de rubeola congénito es del 85%. Entre las semanas 13 y 16 baja al 54% y va disminuyendo poco a poco, a partir de la semana 20 el riesgo de defectos congénitos es muy bajo.
El síndrome de rubeola congénito puede ocasionar sordera, ceguera, problemas neurológicos, malformaciones del corazón y discapacidad intelectual. 
Cómo se trata: No se conoce ningún tratamiento eficaz contra la rubeola. 
Cómo prevenirla:  La prevención más eficaz es la vacunación, lamentablemente la vacuna no se puede suministrar a embarazadas. Por tanto si ya lo estás y no eres inmune debes aplicar los mismos criterios que para la varicela: 
  • Si conoces algún caso de alguien que esté pasando la enfermedad evita moverte en ese entorno. 
  • Si trabajas con niños pequeños pide una excedencia temporal.
  • Si tienes hijos y no están vacunados consulta con su pediatra la posibilidad de vacunarles.

Infecciones de orina o cistitis

Son infecciones de origen bacteriano localizadas en la vejiga. Cuando ascienden por los uréteres hasta los riñones se denominan pielonefritis. Se detecta mediante análisis de orina. Existen estudios que sugieren que las mujeres embarazadas podrían ser más susceptibles a las infecciones de orina, aunque no existe certeza médica.

Qué pueden ocasionar: parto prematuro y crecimiento retardado del feto con bajo peso al nacer. 
Cómo se tratan: Mediante antibióticos eficaces contra la bacteria en concreto e inocuos para el feto. 
Cómo prevenirlas: 
  • beber agua en abundancia
  • no aguantarte las ganas de hacer pis.
  • vaciar completamente la vejiga al orinar
  • mantener limpia el área genital, especialmente antes y después de las relaciones sexuales.
  • limpiarte siempre de la vagina hacia el ano.
  • beber zumo de arándano
 

Toxoplasmosis

Infección ocasionada por el parásito toxoplasma gondii que se contrae generalmente a través de alimentos contaminados y contacto con tierra o con heces (especialmente de gato) infectadas
Las probabilidades de contagio del bebé aumentan a medida que avanza el embarazo siendo del 15% en el primer trimestre, 30% en el segundo y 60% en el tercer trimestre. Sin embargo la gravedad sigue el proceso inverso, cuanto más temprana la etapa mayor riesgo de afectación grave.
Se detecta mediante un análisis de sangre pero es una prueba que se realiza solo en caso de sospecha. Por ello lo mejor es la prevención.

Qué puede ocasionar: En los casos graves los defectos estructurales y los problemas neurológicos pueden ser catastróficos, llegando incluso a provocar la muerte fetal o del bebé recién nacido 
Cómo se trata: No existe un tratamiento específico, pero si el bebé da positivo al nacer se le tratará aproximadamente durante un año con antibióticos para minimizar los efectos de nuevos problemas, aunque no existe solución para el daño ocurrido durante el desarrollo fetal que puede no manifestarse hasta años después del nacimiento. 
Cómo prevenirla:   Los consejos para evitar una infección por este parásito son:
  • Cocinar muy bien la carne y el pescado.
  • No comer alimentos crudos como huevos o carne ahumada.
  • Lavar y pelar la fruta y las hortalizas.
  • Lavar muy bien los vegetales de hoja crudos y no abusar de estos.
  • No beber leche no pasteurizada.
  • Beber agua solo de lugares donde haya la certeza de una higiene adecuada (evitar las fuentes públicas)
  • Evitar el contacto directo con la tierra. Si trabajas en el jardín usa guantes.
  • No reutilices el cuchillo ni la tabla de cortar tras usarlos con alimentos crudos sin lavarlos antes.
  • Si tienes gato que otro se encargue de cambiar el cajón o limpiarle. Cuando le acaricies no te lleves las manos a la cara y cúbrete adecuadamente cualquier herida que tengas. No permitas que el gato se suba a la encimera de la cocina, la mesa del comedor o la cama. Durante el embarazo conviene que no le dejes salir de casa.
Por último ten en cuenta que este es un artículo solo de carácter divulgativo y que yo no soy médico. Los tratamientos mencionados pueden variar en función de las circunstancias concretas de cada persona, del país o del especialista que te trate.
Si estás pensando en quedarte embarazada vuelvo a recomendarte encarecidamente que realices primero una consulta preconcepcional y si ya lo estás no te saltes ningún control médico. 
Fuentes:

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