Importancia del estudio preconcepcional en los embarazos de riesgo

Si padeces una enfermedad crónica, tomas medicación, has sufrido algún aborto previo o en tu familia hay antecedentes de enfermedades genéticas o problemas durante la gestación, sin duda deberías hacerte un estudio preconcepcional antes de quedarte embarazada.

Lo realmente ideal sería que toda mujer realizase una consulta a su ginecólogo habitual antes de un embarazo, ya que una preparación previa puede reducir significativamente el riesgo tanto de aborto como de problemas para el futuro hijo. Está demostrado, por ejemplo, que tomar un aporte de ácido fólico antes de la concepción y durante los  tres primeros meses de gestación reduce hasta en un 70% el peligro de defectos graves en la formación del tubo neural (espina bífida, desarrollo incompleto del cerebro, etc.)

Embarazo de riesgo

Si te encuentras en alguno de los casos mencionados en la introducción, entonces además de una consulta rutinaria te conviene hacerte un examen más exhaustivo, como seguro te indicará tu médico, ya que tu embarazo estará considerado de riesgo. Si padeces una enfermedad crónica este riesgo no es solo para el futuro bebé, sino también para ti. A ese examen se le denomina estudio preconcepcional y tiene como finalidad detectar esos riesgos.

Estudio preconcepcional

Lo primero que hará el médico será entrevistaros a ti y a tu pareja y probablemente pediros que rellenéis una serie de formularios, con el fin de conocer vuestro historial médico y los antecedentes familiares; a esto se le denomina anamnesis. En este paso es muy importante que informes de toda la medicación que tomas o que has tomado durante los últimos meses, ya que los medicamentos pueden llegar también al feto y algunos pueden tener consecuencias catastróficas en su desarrollo. A estos medicamentos se les denomina teratógenos. Un teratógeno es cualquier agente que llega al embrión o al feto a través de la madre y que es capaz de causar en este anomalías estructurales o funcionales. Teratógenos, por tanto, no son solo los medicamentos sino también el alcohol y otro tipo de drogas o componentes químicos.

En función de la información recogida te mandarán diferentes pruebas médicas personalizadas. Algunas de ellas se realizan prácticamente en todos los casos. Las más destacadas son:
  • Citología o papanicolau: consiste en tomar una muestra de células del cuello uterino mediante raspado y analizarlas en el laboratorio en busca de células anormales o de infecciones.
  • Frotis vaginal: el procedimiento es parecido al de la citología pero las muestras que se toman son de las secreciones de la vagina y con ello se buscan infecciones de origen bacteriano o fúngico.
  • Analítica sanguínea: busca detectar problemas como anemia, infecciones o alteraciones metabólicas que podrían derivar en trastornos como diabetes gestacional, parto prematuro o crecimiento retardado del feto.
  • Perfil TORCH: El nombre de esta prueba que consistente también en una analítica de la sangre, viene de las siglas de las palabras toxoplasmosis, rubeola, citomegalovirus  y herpes, ya que busca detectar estas infecciones, aunque en función de cada caso el médico también podrá incluir otras como VIH, enfermedades de trasmisión sexual, etc. El perfil torch puede ser de dos tipos, en uno de ellos se buscan anticuerpos de memoria (IgG) que señalan que en algún momento se ha padecido la enfermedad y en el otro se trata de detectar anticuerpos activos (IgM) que son indicativos de que hay una infección en curso o esta se ha producido recientemente. 
Si existe sospecha de enfermedades hereditarias puede que os manden también un estudio genético.
 
Una vez detectados los riesgos, el médico tomará las medidas necesarias para prevenirlos o, en caso de que sean inevitables, os alertará de los peligros y consecuencias del embarazo.

Fuentes:
  • reshealth.org
  • tuotromedico.com
  • saludymedicinas.com
  • infogen.org
Foto: Tasha

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